“Y como hubieron pasado, Eliseo dijo a Elías: Pide lo que quieres que haga por ti, antes que sea quitado de contigo. Y dijo Elías: Te ruego que una doble porción (las dos partes) de tu espíritu sean sobre mi” 2 Reyes 2:9
Pedir la doble porción significa asumir la responsabilidad de emplearnos conforme al propósito divino, de administrar lo que Dios nos concede, personalmente primero, y en lo que se extiende a nuestros semejantes a continuación. Doble porción es la que el patriarca entrega al primogénito, simbolizando e iniciando su capacitación como sucesor. La Doble porción no solo se entrega, implica aceptación de recibir. Entendemos por doble porción algo más que una ración doble-abundante, como la parte necesaria para administrar correctamente lo recibido (sabiduría, obediencia, etc.). Todos recibimos una porción, nuestra porción dada por Dios, y somos libres para escoger como emplearla, malgastarla, como el hijo pródigo … o mas bien reconocernos como hijos pródigos malgastadores que vuelven a un padre amoroso que continua dando. Si tú eres un hijo de Dios, de hecho ya recibiste también la doble porción. En el momento que entregaste tu vida a Dios estabas recibiéndola, esta es la “fuerza de nuestra salvación” que es de Dios, nuestra capacidad para decidir hacia Dios, el velo quitado de los ojos espirituales, el corazón inclinado a la obediencia… y más, un enorme y creciente “más”, relacionado con el desarrollo de la persona que Dios soñó y diseñó que tu fueras.
Yo soy responsable de mi relación con Dios. Yo soy responsable de mis sentimientos, de mis decisiones y de mis actos .Yo soy responsable de mi parte en mi relación con los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario