El pecado original originó la separación original (algunas redundancias enriquecen), el primer divorcio fue el del humano con su creador; la degeneración consecuente fue más divorcio, más separación, separación de mi propio ser (vivir alejado del diseño divino personal), separación de mis semejantes, separación del entorno para el que fui diseñado...cada una de estas separaciones enferma el alma, y produce a su vez mayor separación.
La semana pasada en la célula hablabamos de las consecuencias del divorcio, hijos con el síndrome del "corazón partio" plenamente activo (recuerdo los síntomas:una angustia que atenaza, una sensación de "algo roto" que no alcanzas a definir pero que te das cuenta que es bien real, frustración paralizadora, bloqueo del desarrollo, tristeza instalada en el alma...) y en medio de este paisaje a primera vista desolador, el Señor me recordó que su obra de restauración es bien real y abarca todas las áreas de mi vida, pero el epicentro de su seísmo de amor está precisamente en mi corazón, en tu corazón.
El ha cambiado este corazón partío por un corazón nuevo, mas elástico y grande, tanto que es capaz de abarcar todo lo roto, las relaciones dañadas, la división en un corazón infantil que sufre porque sus papas ya no están juntos, el egoísmo de los que aún no han sido restaurados por Su amor, el odio de los que sufren porque ya no eres como ellos y no entienden ni soportan la paz que te sobrepasa; el dolor de la distancia, del tiempo y las ocasiones perdidas... un corazón capaz de abrazar todas estas relaciones y circunstancias propias de nuestro particular universo roto y cubrirlas con un manto de amor, con un susurro de palabras de amor, con un anuncio de primavera, con una esperanza compartida aun sin palabras...
El Señor ha cambiado un corazón partío por uno que perdona porque ha sido alimentado de perdón, que sana porque está siendo sanado con una vida nueva que rebosa...podemos mirar todas las cosas, todas las áreas, todas las relaciones de nuestra vida pasada y presente con una nueva perspectiva, con gozo anticipado, con esperanza porque es Dios el que hace la obra y El restaura...
Estrecha es la puerta y angosto el camino, pero...
"Por el camino de tus mandamientos correré,
cuando ensanches mi corazón".
Salmos 119:32