SENDAS ETERNAS, NETIBETH OLAM

SENDAS ETERNAS, NETIBETH OLAM
¨Así dijo YHWH: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las "sendas antiguas", cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma." Jeremías 6:1
EL original hebreo decía SENDAS ETERNAS¿porque se acaba escogiendo traducir por "antiguas"?
¿En que otros aspectos podemos estar errados, alejados del espíritu de la Palabra?
¿Como volver a las SENDAS ETERNAS de la Palabra, si "errores" como el de Jeremías 6:1 ocultan el regreso?
Este blog quiere responder a estas cuestiones y formular otras que nos enfoquen de regreso a las SENDAS ETERNAS de la Palabra. En respuesta a la Gracia.

martes, 22 de diciembre de 2009

Amor y Riquezas, en Navidad.


...El primero de todos los mandamientos: amarás al Señor, tu único Señor y Dios con todo tu ser.
El segundo es semejante: amarás a tu prójimo como a ti mismo...”
                            Mi paráfrasis de Marcos 12:29-31

Amaras. El amor es más que un sentimiento, y esto se aplica también con el Señor. El no me demanda que me apasione (esto me ayudaría), no pide mi afecto meramente, mi fluctuante e interesado afecto humano sino mi decisión firme, constante y renovada día tras día.
A medida que en cada área de mi vida voy teniendo que enfrentar que es lo que piensa el Señor y que pienso yo de este asunto; como lo ve El y como lo veo yo....yo decidiré preferirlo a El con todo mi corazón, y con toda mi alma, y con toda mi mente y con todas mis fuerzas...Casi na.
Ese es el camino y hay que caminarlo o no es camino. 
Señor,¿como puedo amarte, preferirte?

Y otra pregunta importante, porque el segundo mandamiento es semejante, ¿Como me amo yo? ¿Quiero y procuro realmente lo mejor para mi? ¿Me cuido y me guardo de lo malo? Pues así debo de ser para los demás. Casi na también.

Todo. Hay otros textos bíblicos donde el Señor demanda todo. Mateo 13 nos habla de dos hombres, uno que buscaba la perlas mas preciosas (tipo quizá del que busca en las buenas obras), y otro que “simplemente” se encuentra un tesoro (tipo quizá del que es hallado por la Gracia), ambos tienen que venderlo todo.
Hay algo tremendamente grande y hermoso en esta demanda del Señor a dejarlo todo.
Es todo, el único precio justo, en tanto que es el único precio que todos pueden pagar.
Si el Señor estableciera alguna tarifa, algún baremo “más barato”, dejaría automáticamente de ser asequible para todos.
Todos pueden darlo todo, o mejor dicho, solo todo es el precio al alcance de todos.
Ciertamente el todo del rico parece ser mas difícil de entregar que el todo del pobre. Pero, en realidad el pobre no es el que no tiene nada, sino Dios sería injusto.
Es por tanto mejor tener lo preciso que tener mucho.
Y el peligro cierto del que tiene mas, es no poseer sino ser poseído por sus riquezas; por ello cuando el Señor pone las cosas claras al joven rico, y a los discípulos sobre el engaño de las preocupaciones y las riquezas (Mar.4:19), también establece una categoría espiritual de índole decisivo, para vida o para muerte: Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” Mat.6:24


En este tiempo de fiestas, donde queremos celebrar la venida del Mesías, nos vemos asediados por los continuos y mas o menos sutiles mensajes del dios Mammon, que se ha puesto muy grande y está muy bien criado y grita mucho.
Nos resulta casi imposible escapar de una catarata de consumo, en la cual los mas pequeños se nos ahogan, incapaces de nadar, de distinguir.
¿Nos sentimos mal si no podemos invertir dinero en comprar aquello que creemos va a satisfacer a nuestros seres mas queridos?
Si estás en esa situación, agradece al Señor por guardar tu vida del lazo y de la trampa. Regala oración y regala abrazos y miradas y gestos de verdadero amor.

Dedica tu tiempo a los tuyos, regala tu atención, tu oído,tu mirada.
Y cuenta a los mas pequeños y a los menos pequeños el verdadero cuento de la navidad.

Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a vosotros se hizo pobre, para que vosotros por medio de su pobreza llegarais a ser ricos.”
II Corintios 8:9